Durante varios días, los bartenders participaron en catas exclusivas de Reserva de la Familia, 1800 Tequila y José Cuervo, recorrieron la histórica destilería de José Cuervo, y se sumergieron en el arte y la ciencia detrás del tequila a través de adiestramientos especializados. Más allá del aprendizaje técnico, fue una celebración del oficio, de las manos que sirven, crean y cuentan historias líquidas todos los días desde las barras de Puerto Rico. 

 “Este esfuerzo representa mucho más que un viaje; es una experiencia inolvidable donde pudimos compartirle a los bartenders lo que nuestras marcas pueden ofrecer, su valor real y cómo cada uno de ellos puede ser parte de esa historia”, expresó Samuel Soto, Brand Manager de 1800 Tequila. “Ver su pasión, sus ganas de aprender y cómo se conectaron con el alma del tequila fue algo verdaderamente inspirador.”

El grupo tuvo acceso a experiencias inmersivas que incluyeron visitas a los campos de agave, talleres sensoriales y eventos donde la mixología se convirtió en puente entre culturas. Fue, sin duda, una afirmación de que el talento puertorriqueño no solo domina la técnica, sino que también lleva consigo un profundo respeto por el producto y su origen.

“Para José Cuervo, esta fue una oportunidad invaluable para honrar a quienes, desde Puerto Rico, elevan cada copa con creatividad, responsabilidad y corazón”, expresó David Rebollo, Brand Manager de José Cuervo. “Este viaje no solo fue una muestra de hospitalidad, sino también un reconocimiento a su rol como embajadores de nuestras marcas.” Este viaje reafirma el compromiso de Ballester Hermanos con el desarrollo de la industria local, apostando a la educación, la conexión directa con los orígenes y el crecimiento colectivo.